domingo, 22 de mayo de 2011

Fondo de metales en altas capas de la atmósfera y particularidades en la captación radial por las altas frecuencias




Espacio diexista 22.05.11 - Radio Bulgaria.

Desde el primer satélite artificial, lanzando en órbita circumterrestre el 4 de octubre de 1957 hasta hoy en día suman miles los cuerpos espaciales confeccionados por el hombre y lanzados al cosmos. Si no son pilotados, al concluir su período de utilización, esos cuerpos siguen a la deriva y gradualmente van bajando debido a la fuerza de gravedad terrestre y a la fricción en la atmósfera. En su trayecto chocan unos contra otros y así se van fragmentando.

El radar espacial de los EEUU ha detectado más de 10 mil satélites , estaciones espaciales y otros cuerpos de los cuales se utilizan sólo 700.de esta última cifra la mayor importancia corresponde a los satélites en órbita ecuatorial que retransmiten programas de radio y de televisión.

A una altitud de unos 900 kilómetros se encuentran más de la mitad de estos satélites operativos y, otros abandonados. De estos últimos los de mayo peso van bajando con mayor rapidez y se caldean y arden al penetrar en la estratosfera.
Para la propagación de las ondas radiales tendrían su efecto, por ejemplo, las miles de partículas metálicas que penetran en la ionosfera y se encuentran a una altitud de 50 a 350 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. En esa franja de altitud se reflejan las ondas cortas e igualmente, las ondas medias y largas durante la noche.
Algunos expertos aseguran que los fragmentos de metal y los satélites enteros propician la reflexión de las ondas ultracortas en primavera y verano. La suerte que corren muchos de esos satélites y sus fragmentos es incierta ya que, salvo los colocados en órbita ecuatorial, tienen órbitas elípticas, heliocéntricas. Resumiendo podemos decir que la contaminación de la ionosfera y su impacto en las ondas radiales es asunto que ha de ser sometido a un estudio científico.

En los últimos días van surgiendo condiciones para una mejor sintonía de emisoras que transmiten por las altas frecuencias de las ondas cortas. A pesar de haberse reducido una vez más la actividad solar habrá jornadas de buenas condiciones para la sintonía. Esto es igualmente válido para los aficionados a captar señales lejanas de radio y de televisión en frecuencias superiores a 30 megahercios.

Durante decenas de años se consideraba que en esto incidían únicamente las manchas solares y el número de las mismas. Sin embargo, las estaciones, telescopios y otros aparatos colocados en órbitas altas comenzaron a enviar datos que complicaron al máximo los resultados de la actividad solar. Ahora también se determina en otra forma el modelo de las tormentas electromagnéticas en la Tierra, su previsión y anunciación. Actualmente, lo único que se puede prever es cuando el llamado viento solar llegará a la Tierra. A tal efecto habría que vigilar la densidad y la velocidad a que se mueve este viento.

Con ciertas salvedades también se podrían prever las consecuencias de erupciones en el Astro Rey. Esto sin embargo, no es capaz de permitir previsiones exactas sobre las jornadas en que habrá señales radiales fuertes por las bandas de 13 y 16 metros de onda corta. Es igualmente tarea ardua fijar las jornadas en que aparecerán en la ionosfera las llamadas “nubes electrónicas” que auguran buena captación de señales de emisoras y televisoras lejanas.



Versión en español por Mijail Mijailov

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