martes, 22 de marzo de 2011

La ionosfera y su incidencia en la radiocomunicación



Autor: Ivo Ivanov y Rumen Pankov

Espacio diexista 20.03.11

La atmósfera consta de tres capas. La más alejada de la superficie terrestre se denomina ionosfera. Se encuentra a una altitud de 50 a 350 kilómetros y se subdivide a su vez en tres sub-capas, designadas con las letras D, E y F.
Durante el día, las ondas cortas de más altas frecuencias, por encima de los 15 megahercios, se reflejan en la ionosfera y llegan a zonas distantes de la tierra.
En horas de la tarde, durante la noche y al amanecer, ocurre casi lo mismo con las ondas cortas de frecuencias menos altas, con las ondas largas y con las ondas medias.
Las ondas ultracortas se reflejan en la ionosfera raras veces y en circunstancias especiales. En ésta el aire está saturado de diferentes partículas elementales. Para la radio las más importantes de ellas son los iones. Su cantidad y concentración inciden sustancialmente en la calidad de la propagación de las ondas radiales.
El proceso de formación y desaparición de los iones se denomina ionización. La misma se produce bajo el efecto de varios factores, la mayoría de ellos esporádicos, como son por ejemplo los meteoritos o los fragmentos de satélites artificiales que se van quemando en la atmósfera. La mayor y más fuerte influencia en este sentido la ejerce el sol con su actividad.
Cuando la actividad solar es débil, lo es también la ionización en la atmósfera y las ondas radiales se reflejan con dificultad, lo cual tiene por efecto una recepción empeorada. En semejantes circunstancias el tiempo idóneo para la escucha son las horas al atardecer y al amanecer, en las frecuencias de 6 a 10 megahercios. Tal ha sido la situación en los últimos tres años.
La actividad solar más fuerte genera una ionización mayor en la ionosfera y crea mejores condiciones para la recepción de señales distantes en todos los tipos de ondas radiales, incluso en las ultracortas. Sin embargo la actividad del Astro Rey a veces provoca perturbaciones en el campo magnético y la ionosfera. En semejantes casos ésta no refleja sino más bien absorbe las ondas radiales. En tales períodos las señales radiales pueden desaparecer.
Habitualmente esto ocurre entre las 8 AM y las 2 PM hora local, en las frecuencias entre los 3 y los 13 megahercios. Puede suceder también por más tiempo y en más frecuencias, aunque raras veces.
Lamentablemente de momento la ciencia no ha logrado crear un método que permita prever las anomalías magnéticas y las desestabilizaciones en la ionosfera de la Tierra bajo el efecto de la actividad solar. Así y todo, las desestabilizaciones pueden ser previstas con dos o tres jornadas de antelación gracias al sistema de satélites puestos en órbita alrededor de la tierra a gran altitud.
En estos satélites se encuentran montados telescopios y sofisticados aparatos para la observación continua del sol y de los procesos que transcurren en él.
Después de explosiones, erupciones y otros fenómenos que hacen que la corona solar expida flujos de partículas, se puede determinar que, transcurridas 36 o más horas, se producirán perturbaciones en las radiocomunicaciones y en otras esferas de la vida.
Con ayuda de algunos conocimientos básicos y generales de física y astronomía, haciendo un seguimiento de las comunicaciones hechas por los organismos y las agencias que se dedican a observar y analizar la actividad solar, también el radioyente llano podría hacer una previsión de las condiciones para la escucha en los días subsiguientes.


Versión en español por Raina Petkova

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