miércoles, 18 de enero de 2012

El Sol, la Tierra y las ondas radiales


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publicado domingo, 15 de enero de 2012 6:00
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El Sol, la Tierra y las ondas radiales 

En casi todas las publicaciones impresas o electrónicas o bien en un programa radial destinado a los oyentes de emisoras lejanas, se insertan balances y pronósticos sobre la incidencia del Sol en las ondas radiales en la atmósfera terrestre. 
Se publican datos acompañados por diferentes símbolos y magnitudes matemáticos, por ejemplo, coeficientes, índices etc. Frecuentemente se pueden ver, por ejemplo, los coeficientes “A” y “K”, con o sin los índices “P”, SN, SFU, CH, entre otras siglas. Se utilizan en ciencias tales como la geofísica, la astronomía etc. 
El coeficiente “K” toma en consideración las variaciones en el campo magnético telúrico y presenta valores que van de 0 a 9 y están siendo registrados cada tres horas por diferentes estaciones de observación. 
Es igualmente importante el coeficiente Kp, llamado planetario, que muestra el grado de perturbación del campo magnético terrestre y se expresa en unidades relativas que van de 0 a 9. 
Por ejemplo, cuando Kp presenta valores de 0 a 3 el campo magnético de la Tierra se mantiene sereno siendo normal la propagación de las ondas radiales. Con valores superiores a 4 se señalan perturbaciones en este campo y, de ser este coeficiente igual o superior a 5, significará la existencia de una tormenta magnética débil. Ésta es la más fuerte cuando el coeficiente es de 9.En tal caso las señales radiales desaparecen y en la onda corta no se escucha casi nada. Son similares a los coeficientes K y Kp, los designados por las letras A y Ap que también sirven para registrar los cambios y las perturbaciones en el campo magnético de la Tierra. Con las siglas SN, abreviatura de Sun Spot Number, en inglés, se marca el número de las manchas solares y en su conteo se emplean dos sistemas. Uno de éstos emplea el llamado “Número de Wolf”, y el otro es el que usa el sistema de la NOAA, o sea la Nacional Oceanic and Atmospheric Adiministration, de EEUU. En este proceso se toma en consideración el que las erupciones en las zonas aledañas a las manchas solares van acompañadas de diferentes radiaciones: óptica, de rayos ultravioletas, de rayos X y rayos Gama y el arrojo de partículas cargadas, entre protones y electrones, y plasma. 
Todas estas substancias, salvo la radiación óptica, pueden llegar a la Tierra, de encontrarse dirigidas a ésta , y causar daños de diverso tipo y magnitud al campo magnético terrestre y de ahí, consecuencias graves para la radiodifusión. 
La fuerza y potencia de las erupciones son designadas en orden ascendente con las letras mayúsculas A, B,C,M, X a las que van anexos índices numéricos. Las erupciones más potentes son de la clase X. 
El campo magnético de la Tierra se ve afectado con mayor frecuencia por el llamado “viento solar” que puede tener origen diverso pero proviene, básicamente, de zonas de la corona del Sol, llamadas “huecos coronarios” y designados por la siglas CH y su número sucesivo. 
En la observación del Sol se puede comprobar que los “huecos” presentan un color más oscuro, por ser más baja la temperatura allá. Se encuentran en zonas en que el campo magnético del Sol se encuentra provisionalmente alterado. 
Integran el viento solar partículas ionizadas arrojadas en todas las direcciones, de una velocidad de unos 800 kilómetros por segundo. Llegan a la ionosfera terrestre a una velocidad de 440 kilómetros por segundo. A título de comparación señalaremos que la velocidad del flujo provocado por una erupción es de unos 1200 kilómetros por segundo. Los oyentes avezados siempre están al tanto de esta materia y escuchan con regularidad los partes y comunicados de los institutos geofísicos en el mundo. 



Versión en español por MIjaíl Mijailov

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